Lo que en un principio iba a ser una entrada sobre alguna curiosidad acerca de la Navidad, ha terminado convirtiéndose en la entrada más personal que he escrito en la todavía corta existencia de este blog.
De pequeña adoraba la Navidad, adornar el árbol, los regalos, preparar las cenas de Nochebuena y Nochevieja y luego disfrutarlas con abuelos, padres, tíos, primos; la ilusión de creer en Los Reyes Magos o en Papa Noel, tanto que aún recuerdo una Nochebuena, contar completamente convencida a mis primos, como había visto, un momento antes, algo rojo, subir rápidamente por el tejado. Todo esto lo fui perdiendo poco a poco con los años y ya no disfrutaba de la misma forma, hasta justo este año, cuando he vuelto a recuperar un poquito de esa ilusión de niña pequeña que creo que nadie debería perder nunca.
Ha sido un año duro para la mayor parte de las personas, para mí ha sido un año de muchos cambios: de trabajo, con los amigos, incluso de residencia, ya que en el mismo año he vivido en dos países diferentes. Todos estos cambios, y cualquier otro que pueda experimentar una persona, no sólo cambian su entorno si no que la cambian a ella misma y qué momento mejor que un nuevo año para echar la vista atrás y hacer repaso de todo lo que hemos vivido, de todo aquello que nos ha hecho ser como somos hoy día; para poder comenzar el año habiendo olvidado todo lo malo y recordando sólo lo bueno, perdonando a todos aquellos que alguna vez nos hicieron daño, incluso cuando no tengamos demasiado claro el motivo y pidiendo disculpas por cualquier falta que hubiéramos cometido nosotros, incluso cuando lo hayamos hecho ya cientos de veces y aunque no sepamos cual fue el error que cometimos. Hacer frente a un nuevo año, sabiendo que hemos abandonado cualquier sentimiento negativo en el año que queda atrás para, en el que llega, sólo dar gracias por aquello que tenemos y poder dedicarnos a simplemente ser felices.
Yo doy gracias desde aquí a mis amigos, a aquellos que están ahora en mi vida y a los que por cualquier motivo dejaron de estar en ella, pero que nunca olvido; a los compañeros de trabajo, compañeros de clase, incluso profesores, jefes y viajeros, con los que compartí momentos de alegría en el camino que me ha llevado hasta aquí, doy las gracias por haber tenido la oportunidad de que formen parte de mi vida, y porque me hayan dejado formar parte de las suyas; doy gracias por cada persona que se ha cruzado en mi camino y me ha dedicado una sonrisa, quién sabe, quizás esa pequeña muestra me dio la alegría necesaria para poder cambiar la vida de alguien.
Con todo esto sólo quiero desear a todo el mundo FELIZ NAVIDAD
No hay comentarios:
Publicar un comentario