Lugares: Santa Susanna, Sant Feliú de Guixols y S'Agaró, Gerona, Figueras, Tossa de Mar y Blanes, Barcelona , Pals y Peratallada
Nº de pax: 25
Cuando llega septiembre, comienza a refrescar por las noches, comienzan a verse dias nublados y a correr esa brisilla que te hace rebuscar en el armario, en busca de algo de manga larga para poder salir de noche. Durante este viaje, llovió casi todas las noches, pero curiosamente, siempre salia el sol por las mañanas, o bien cuando llegábamos a los destinos de nuestras visitas.
Nos alojábamos en el Hotel Mercury ***, en Santa Susanna, un pequeño pueblecito de la Costa del Maresme, con playas de arena estupendas para darse un chapuzón en los dias calurosos del verano, y muy cerca del comienzo de la Costa Brava.
Este trozo de costa de la provincia de Gerona, fue bautizado como Costa Brava por el periodista Ferrán Agulló. Se dice que la primera vez que pronunció este nombre, se encontraba en Sant Feliú de Guixols, en lo alto del cabo que cierra el puerto natural de esta ciudad, donde se encuentra el mirador y la ermita de Sant Elm. La misma mañana que visitamos Sant Feliú, también visitamos S'Agaró, una urbanización practicamente unida a Sant Feliú fundada en los años viente y diseñada para estar en consonancia con el paisaje. Pudimos ver, en la rápida visita de esta urbanización, el Hotel la Gavina*****. Por este hotel de lujo, han pasado personajes tan conocidos como Charles Chaplin, Frank Sinatra, Orson Welles, Ava Gardner, John Wayne o Sean Connery. Por la tarde, cambiamos la accidentada costa, por las también serpenteantes y estrechas calles del Barrio Judio de Gerona, vimos la catedral y no olvidamos una visita a la famosa leona, a la que hubo quien se atrevió a subir a besarle el culo entre los vítores del resto del grupo.
Para el segundo día teníamos preparada la visita a la ciudad de Dalí, Figueras, donde, quien así lo quiso, pudo visitar el curioso Museo Dalí. Hubo quien el museo le intrigó tanto, que no tuvo tiempo más tarde de dar una vuelta por la ciudad antes de que llegara la hora de volver al hotel para el almuerzo. La tarde se pasó rápidamente mientras circulábamos por la carretera junto a la accidentada costa camino de Tossa de Mar y más tarde, de Blanes, el punto donde la costa comienza a recibir el nombre de Costa Brava. Personalmente, adoro la Vila Vella de Tossa de Mar, donde adentrarse en otro tiempo y descubrir rincones llenos de encanto, como la pequeña cala que se encuentra al otro lado o las vistas estupendas que se tienen desde el faro.
Después de dos días de visitas de medio día, llegó el turno de Barcelona, donde pasamos la mañana paseando con nuestro estupendo guía local, Guille, que nos mostró los más destacados lugares de la ciudad. Almorzamos en La Fonda del Port Olímpic, un lugar estupendo donde la comida estaba riquísima y se nos sirvió bien y rápido, perfecto para poder continuar nuestra visita a la ciudad por la tarde, donde los clientes, ya en su tiempo libre, pudieron pasear por La Rambla, tomar un refresco en alguna plaza o acercarse hasta el Nou Camp, para los más futboleros. Una tarde que terminó tempranito, a eso de las 18.00h para poder volver al hotel a descansar, después de tres días tan atareados.
Para nuestra última visita escogimos la tarde, salimos temprano después del almuerzo a visitar dos pequeños pueblos del interior: Pals y Peratallada. Ambos pueblos medievales, declarados conjunto histórico-artístico. Peratallada es muy pequeñito, apenas cuenta con más viviendas a parte de las que existen dentro de las antiguas murallas. Visitarlo es muy sencillo porque no hay pérdida posible, en cualquier caso, y ya que no tiene oficina de turismo, solicité a Forallac, el municipio al que pertenece Peratallada, que me enviaran al hotel, antes de nuestra llegada algunos planos para poder entregar a los clientes que así lo quisieran.
Pals por su parte, si ha crecido, la parte antigua se encuentra en lo alto de una colina, donde visita obligada es el Mirador de Josep Plá; por debajo de esta zona, a la que se accede subiendo una escalinata, se extiende la zona moderna.
El último día de nuestro viaje, coincidió con el Día Nacional de Cataluña. Este día era libre, para utilizarlo para descansar, ir a la playa o ver las actividades que había preparadas tanto en Santa Susanna, como en los pueblos de alrededor: ofrendas florales, sardanas, reparto de pan con tomate y jamón, mercadillos de artesanía... En definitiva, un día tranquilo para coger fuerzas para el viaje de vuelta al día siguiente.
Fue un viaje sin inconvenientes. Los que no habían visitado antes esta zona quedaron encantados, y los que ya la conocían volvieron a casa con nuevas historias que contar. Fue un auténtico placer acompañar a esta Asociación de vecinos de Los Barrios, en Cádiz; un saludo para todos ellos
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