Fechas: 13 y 14 de marzo, 2010
Recorrido: Granada – Úbeda y Baeza – Córdoba
Córdoba – Medina Azahara – Granada
Nº pax: 22
La salida se hizo sin contratiempos y llegamos puntuales a nuestra primera parada: Calitos, una cafetería en el municipio de Guadahortuna, donde desayunaríamos esa mañana. Es un sitio más bien pequeño, no adecuado para grupos muy numerosos, pero si se tiene la suerte de acompañar a un pequeño grupo es un éxito asegurado. La decoración siempre sorprende y al echar un vistazo a sus postres, bombones, tartas… mmm, se te hace la boca agua.
Llegada a la Catedral de Baeza |
Guía en Baeza |
Después de esto, nos esperaría un viaje continuado hasta Baeza, donde en la catedral nos esperaba la persona que habría de ser nuestro guía hasta el almuerzo, que tuvo lugar en la misma ciudad, en el restaurante La Góndola (certificado con la Q de calidad turística) donde se serviría una degustación de platos típicos de la zona.
Visita a la Mezquita-Catedral |
El hotel Maimónides tiene una situación privilegiada en pleno corazón de la Judería y con vistas a la Mezquita-Catedral. También queda muy cerquita de Casa Pepe de la Judería, donde cenamos esa noche. Aunque la cena no estaba incluida en el viaje y era libre, al ser un grupo pequeño, decidieron que fuéramos todos a cenar juntos; tomando, al igual que en el almuerzo, una degustación de los platos más característicos de la gastronomía cordobesa, donde no podían faltar el flamenquín, el salmorejo o las berenjenas a la miel.
Una cena magnífica a la que se puso como fin un pequeño paseo nocturno por la Judería hasta llegar a la plaza de la Corredera.
Restaurante Castillo de la Albaida |
Al día siguiente y tras el desayuno buffet en el hotel, nos fueron suficientes tres minutos para llegar al patio de los naranjos, donde debíamos encontrarnos con el guía de la Mezquita-Catedral, que nos adentraría en el mundo musulmán que más tarde culminaríamos con la visita a la ciudad palatina de Medina Azahara. Una mañana bastante completa que terminamos en el restaurante Castillo de la Albaida, donde pudimos disfrutar de unas vistas privilegiadas mientras almorzábamos para continuar viaje hasta Granada, donde tendríamos que despedirnos.
De este viaje, se queda en el recuerdo la idea de dos mundos, el cristiano y el musulmán, que enfrentados crearon fortalezas en una tierra de fronteras y campos repletos de olivos y polvo. Y sobre todo, el grupo fantástico que hizo del viaje una gozada.
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